Ulysse Nardin retorna a los clásicos (renovados)

Ulysse Nardin retorna a los clásicos (renovados)

Ulysse Nardin mira ya al 2018 y a la primera cita de la relojería, el SIHH (Salón Internacional de Alta Relojería), donde comienza también un ejercicio en el que se prometen cambios no en la filosofía y los valores de la marca, pero sí en la forma de ser comunicada. Y es que su nuevo […]

Ulysse Nardin mira ya al 2018 y a la primera cita de la relojería, el SIHH (Salón Internacional de Alta Relojería), donde comienza también un ejercicio en el que se prometen cambios no en la filosofía y los valores de la marca, pero sí en la forma de ser comunicada. Y es que su nuevo CEO Patrick Pruniaux, un hombre procedente de Apple, es consciente del potencial de una compañía que siempre se ha destacado por su calidad y capacidad de innovación –de hecho el mismo día que presentaba estas piezas, el Marine Regatta de la marca era distinguido con el premio de reloj deportivo del Grand Prix D’Horlogerie ginebrino–, pero también de la necesidad de que eso sea conocido por el mercado. Las primeras novedades anticipadas de lo que marcará el próximo año inciden precisamente en su historia para crear productos decididamente contemporáneos y atractivos.
Es el caso del Marine Torpilleur Military, un cronómetro limitado a 300 unidades y que reinterpreta el estilo de los relojes de bolsillo para una nueva generación de aventureros. Con su calibre Un-118 en el interior, un movimiento automático manufactura que cuenta con un escape del patentado DIAMonSIL (Ulysse Nardin fue uno de los precursores de la utilización del silicio), cuenta con certificado de cronómetro del COSC y cuenta con una autonomía de marcha de 60 horas. La caja de acero y 44 mm, sirve de marco a dos tipos de acabado en la esfera: a la tradicional y llamativa de color negro se le suma otra tipo cáscara de huevo.
En el terreno de la complicación, el Marine se ‘viste’ con un tourbillon volante, pero lo más llamativo se encuentra en el trabajo realizado sobre la esfera. Y por supuesto, in-house, o lo que es lo mismo en Donzé Cadrans, la empresa adquirida por Ulysse y que para la ocasión utiliza la técnica del esmalte grand feu. El resultado es un color azul intenso y diferente que sirve de marco adecuado para el órgano regulador que vence a los efectos perniciosos de la gravedad sobre la marcha del reloj. En el interior de la caja de hacero de 43 mm de diámetro, luce el calibre automático UN-128 replanteado.
Y en esta vuelta a los clásicos, no podía faltar precisamente su Classico, con su elegante y distintiva estética redondeada y de asas finas. El reloj luce además las emblemáticas y delicadas agujas en forma de hoja y los números romanos propios de esta colección. Pero sin duda vuelve a ser el esmalte Grand feu el que acaba de aportar el toque definitivo a esta pieza. Y para los que no se deciden por el blanco o el negro, en Ulysse han optado por presentar los dos acabados. La caja vuelve a ser de acero, solo que en esta ocasión con un diámetro de 40 mm. El calibre, también automático (en este caso el UN-320), cuenta con el añadido de certificado oficial de cronómetro.

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