Un Breguet de alta cuna
Los destinatarios de las grandes piezas relojeras creadas por Abraham Louis Breguet conforman un elenco difícil de igualar, y que muestra que ya en vida del maestro su trabajo era tan notable como apreciado. Entre esos ilustres nombres, se encontraba el de la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón, que además de admirar su trabajo […]
Los destinatarios de las grandes piezas relojeras creadas por Abraham Louis Breguet conforman un elenco difícil de igualar, y que muestra que ya en vida del maestro su trabajo era tan notable como apreciado. Entre esos ilustres nombres, se encontraba el de la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón, que además de admirar su trabajo fue una de sus grandes clientas.
Una de las piezas, un reloj de tacto Nº 611, una pequeña pieza creada en 1800 e inconfundible por su caja de esmalte azul, es la inspiración de esa nueva creación de alta joyería que responde al nombre de Perles Impériales. Una de esas obras donde el arte joyero muestra su cara más excelsa y es testimonio del trabajo artesanal de los creadores. En ella, los diamantes talla brillante aparecen engastados rodeando al cristal de la esfera y realzan todavía más la forma ovalada en la que se declinan las colecciones femeninas de la manufactura.
Para aumentar todavía más el efecto joyero, una hilera de diamantes cubre las garras y en el interior de la esfera, a las 6 horas, una perla de gran diámetro reemplaza el asa en forma de ‘bola’ que caracteriza a los alta joyería y Reina de Nápoles. Este Perles Impériales está disponible en dos versiones, una en oro blanco con esfera de nácar también blanco, y otra en oro rosa con esfera de nácar de Tahití. En el interior de ambos, un movimiento de cuerda automática que se puede admirar desde el fondo abierto y protegido con cristal de zafiro.