Vacheron Constantin, más cerca de las estrellas

Vacheron Constantin, más cerca de las estrellas

El manejo y la experiencia relojera en Vacheron Constantin no solo está en lógica correspondencia con su longeva trayectoria creativa que ha superado ya los 260 años de ejercicio ininterrumpido sino en su capacidad para avanzar en territorios donde otros, simplemente, no alcanzan. Un espacio que en Vacheron tiene nombre propio: Les Cabinotiers. Y dentro […]

El manejo y la experiencia relojera en Vacheron Constantin no solo está en lógica correspondencia con su longeva trayectoria creativa que ha superado ya los 260 años de ejercicio ininterrumpido sino en su capacidad para avanzar en territorios donde otros, simplemente, no alcanzan. Un espacio que en Vacheron tiene nombre propio: Les Cabinotiers. Y dentro de ellos el territorio astronómico es uno de esos escenarios donde la firma ginebrina ha dejado siempre patente su carácter y capacidad para inventar nuevos caminos de expresión en la lectura de la hora de los astros.

Eso es lo que hace en el Celestia Astronomical Grand Complication 3600, una nueva obra de arte de la complicación con sus 23 diferentes aportaciones astronómicas distribuidas en dos esferas y donde se muestran además tres diferentes tipos de hora mediante sus propios trenes de engranajes (civil, solar y sidérea). Pero además de su profusión de complicaciones, esta pieza única llama la atención por sus dimensiones, muy contenidas, que todavía aumentan más la dificultad de su ejecución.

Es lo que comienza analizando Christian Selmoni, el director creativo de la firma: “Celestia Astronomical Grand Complication 3600 representa una excepcional combinación de excelencia técnica, como lo atestiguan sus 23 complicaciones, junto a un concienzudo diseño. A pesar del gran número de funciones mostradas en ambas esfera y de la impresionante reserva de marcha de tres semanas, es totalmente legible y funcional, con solo 45 mm de diámetro en su caja y 13,3 mm de grosor. ¡Es un logro extraordinario!”.

Esta nueva creación, que se presenta esta semana en el Salón Internacional de Alta Relojería de Ginebra (SIHH), sigue la estela de la creación realizada para celebrar su 260º aniversario, la Ref 57260 –con sus 57 indicaciones es la más complicada jamás creada–, y aporta un nuevo calibre, el 3600, el que se han invertido cinco años de trabajo coordinado “y en el que han intervenido», apunta Selmoni, «tres equipos: el maestro relojero, los ingenieros de desarrollo y un diseñador”. El resultado, en el interior, es un calibre nuevo que consta de 514 piezas con una altura de solo 8,7 mm. “El 3600 fue pensado desde los primeros bocetos como un calibre nuevo e integrado, no tiene ningún elemento procedente de otro movimiento de Vacheron Constantin, y ha sido la integración la que ha conseguido esta sorprendente delgadez en un calibre tan complicado”.

En el terreno de las complicaciones desarrolladas en este reloj excepcional, conviene recordar que ya en los relojes de bolsillo Vacheron del XIX se albergaban funciones de calendario perpetuo, fases lunares y hora sidérea; en 1914, la firma introdujo la ecuación del tiempo ‘en marcha’; y en los últimos años, cuando cumplía sus dos siglos y medio, creó la Tour de I’lle, “en ese momento el reloj más complicado del mundo. Con Les Cabinotiers Celestia Astronomical Grand Complication 3600 se continúa una historia de relojes súper complicados inspirados en la astronomía”, aclara el director creativo de la casa.

En esta pieza se puede disfrutar de la triple indicación de la hora civil, solar y sidérea. Las dos primeras ocupan la esfera del anverso de la caja de oro blanco; la diferencia entre ambas es que mientras la primera es la lectura presente en la medición convencional del tiempo –24 horas de 60 minutos– en la hora solar verdadera, el curso horario se mide en un ángulo, lugar y hora determinada, por lo que la diferencia horaria, dependiendo del momento del año, oscila entre +14/-16 minutos, y solo coincide con la hora civil en cuatro momentos del año.

Ricardo Balbontín

Por su parte, la hora sidérea tiene su lectura en la parte posterior del reloj. Estamos ante una escala de tiempo astronómico que se basa en la velocidad con que rota la Tierra, y difiere en unos cuatro minutos respecto al tiempo civil. En esta pieza, las horas y los minutos sidéreos son indicados mediante dos discos de zafiro superpuestos. Por su colocación, la armonía de su ordenación con el resto de elementos funcionales que ocupan esta ‘cara’ del reloj es además todo un espectáculo.

Otra de las contribuciones de este Celestia Astronomical Grand Complication 3600 es la ecuación del tiempo ‘en marcha’ a través de un tren de engranaje que se conoce como tropical y por el cual es posible calcular la diferencia entre la hora civil y la solar. La función ‘en marcha’ permite conocer la hora solar mediante un segundo minutero coazial de oro rosa que además se muestra con un sol calado. Para garantizar su exactitud y precisión, Vacheron ha empleado ese tren de engranajes ‘tropical’ que simula el año solar medio, o lo que es lo mismo, el tiempo que emplea la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del sol.

El repertorio se completa con calendario perpetuo con fase lunar de precisión y lectura de las mareas, un mapa celeste del hemisferio Norte… y tourbillon. Para Vacheron Constantin, el cielo es el límite, si es que la relojería alguna vez ha pensado en límites a la hora de crear sus grandes complicaciones.

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