Cuatro trucos de estilista para elegir el bañador que mejor sienta
Miniguía para dar con el bañador que encaja con tu estilo y tu silueta según una experta en moda.
Potenciar los puntos fuertes, disimular lo que nos gusta menos porque hace que afloren los complejos y mantenerse fiel al estilo de cada uno. Estos son los tres objetivos que deberían importar a la hora de comprar un bañador.
Y es que más allá de lo que dicten las tendencias, se trata de dar con un diseño que por su corte, su color y su forma concuerde con todo aquello que necesitamos. Por suerte, hay infinidad de opciones entre los que poder elegir... aunque esto pueda provocar que la búsqueda del modelo perfecto se complique por la amplia variedad.
Ante esto solo podemos hacer una cosa: fiarnos de los profesionales. Por eso hemos querido que sea Rosa Iglesias Ramos, asesora de imagen especialista en marca personal y creadora de El Estilario, quien nos de las claves fundamentales a tener en cuenta para determinar cómo debería ser nuestro traje de baño perfecto.
El largo perfecto
¿Cómo de largo debe ser el bañador? Esta pregunta que planea cada verano sobre muchas cabezas es la primera a la que hay que responder. Aquí la regla es sencilla porque es una cuestión de proporción, lo que significa que, cuando más bajito es mejor que se opte por un diseño más corto mientras que, a más altura, más largo puede ser el pantalón.
"Ante la duda es mejor elegir el boxer o la bermuda que queda a medio muslo", recomienda Rosa Iglesias Ramos. "Son los más atemporales y favorecedores independientemente del estilo, la edad y las proporciones", añade.
La clave está en la silueta
No solo del largo depende el patrón, fijarse en el corte es imprescindible a la hora de fichar un bañador. "Las bermudas elásticas son muy tentadoras por comodidad, pero ese invento déjalo para practicar algún deporte", dice la especialista en marca personal.
Por este motivo, son los de silueta recta que ni quedan excesivamente amplios ni se ajustan demasiado, los que garantizan el éxito. Al final es una cuestión de jugar con las proporciones para así lograr un equilibrio visual favorecedor.
Cuidado con el color
El gusto personal entra en juego cuando se trata de determinar lo puramente estilístico. Hay versiones lisas de tonalidades discretas, otras de colores vibrantes y algunas en tonos suaves o claros, las cuales Iglesias encuentra menos favorecedoras a excepción de quienes presuman de piel bronceada.
Otras alternativas son las que proponen estampados de todo tipo. Estos últimos, explica la asesora de imagen, "pueden ser tentadores", pero es mejor evitarlos. "Cansan más y son más exigentes", argumenta la experta.
Los detalles cuentan
En un diseño importa el corte, el largo, el tejido y el color de la misma manera que lo hacen los pequeños detalles que ayudan a marcar la diferencia.
Si tiene o no bolsillos, si combina tejidos, si lleva alguna aplicación... por ejemplo, algo tan sencillo como que en la cintura disponga de cordón en lugar que de velcro a modo de cierre puede ser determinante, ya que en este caso se vuelve una alternativa mucho más elegante.