Historias de Tierra, la nueva firma de vajillas que busca el retorno a la naturaleza
Formas irregulares, técnicas artesanales y un fuerte vínculo con la naturaleza. Estos tres ingredientes moldean el trabajo de Valle García López, una artista que se ha propuesto, a través de la creación de su propia firma de vajillas sostenibles, redefinir la relación del comensal con el entorno. Se trata de Historias de Tierra, un conjunto […]
Formas irregulares, técnicas artesanales y un fuerte vínculo con la naturaleza. Estos tres ingredientes moldean el trabajo de Valle García López, una artista que se ha propuesto, a través de la creación de su propia firma de vajillas sostenibles, redefinir la relación del comensal con el entorno. Se trata de Historias de Tierra, un conjunto de piezas que combina la producción utilitaria, dando vida a objetos elaborados a mano a partir de la mezcla de diferentes materiales naturales como las cenizas o los minerales, con la producción artística, pues se inspiran en los viajes alrededor del mundo de su creadora para llevar a las mesas de la cocina moderna elementos como el mar, los bosques o las montañas.
Desde su taller ubicado en Gijón (Asturias) diseña las creaciones de su firma propia y también realiza encargos personalizados a restaurantes, casas rurales, tiendas de diseño o viviendas particulares. Independientemente de su destino, sus piezas concentran sus experiencias vividas en países como Panamá, México y Holanda con su necesidad de trabajar con las manos. “La observación de la naturaleza y el trabajo artesanal son mi forma de vida. Además, me encargo de la recuperación de técnicas ancestrales y poco mecanizadas con la intención de minimizar el impacto en el medio ambiente y perpetuar el oficio artesanal”. En la ciudad asturiana también se encuentra su showroom, donde expone sus piezas para que el cliente entre en contacto con su trabajo a través de la vista, el olor y el tacto de las piezas.
Algunas de las creaciones de Historias de Tierra.El carácter especial de Historias de Tierra reside en que sus piezas están creadas a partir de tierras mezcladas por ella y por su padre, con colores minerales y esmaltes hechos en casa con las cenizas de diferentes maderas de chimeneas y cocineros. En sus procesos de creación, García López no utiliza moldes, ni acelera los tiempos de secado, que dependen siempre de la ventilación natural. Las creaciones de esta artesana nómada ya están presentes en distintos puntos de la geografía española, como el restaurante La Única, del chef Andrés Madrigal (Madrid), El Castañu (Llanes, Asturias) o Kolozero (Gijón, Asturias).