Carlos Ruiz Zafón, el hombre tranquilo

Carlos Ruiz Zafón, el hombre tranquilo

Hijo de una familia de clase media del barrio de Sarriá, estudia bachillerato en un colegio de los jesuitas, al acabar se matricula en Ciencias de la información y entra a trabajar en una prestigiosa agencia de publicidad llegando a ser director creativo. En 1992 pide el finiquito para cumplir el sueño de su vida: […]

Hijo de una familia de clase media del barrio de Sarriá, estudia bachillerato en un colegio de los jesuitas, al acabar se matricula en Ciencias de la información y entra a trabajar en una prestigiosa agencia de publicidad llegando a ser director creativo. En 1992 pide el finiquito para cumplir el sueño de su vida: ser escritor. Al año siguiente publica su primera novela destinado a un público juvenil, gana el premio Edebé e invierte su dotación para instalarse en Los Ángeles a ejercer de guionista mientras teclea y edita tres nuevos títulos. Su consagración como autor superventas llega con La sombra del viento, una historia gótica concebida para lectores “adultos” que consigue vender la friolera de 10 millones de ejemplares. Curioso, afable, meticuloso, razonable, frugal, templado, metódico, secreto y leal. Adicto a la lectura, devoto del séptimo arte, forofo de los cómics, colecciona dragones, toca el piano, desprecia los sectarismos, admira la sinceridad, y ama a su mujer por encima de todas las cosas. ¿Qué le están robando a un ser humano que no sabe escribir ni leer? La capacidad de aprender, de expresar, de formular, de articular su pensamiento, de reflexionar y, casi lo más grave, de disfrutar de la belleza y de las posibilidades infinitas del lenguaje. Le están robando buena parte de la vida, o de la parte que merece vivirse. ¿Dónde nacen las buenas novelas? Del esfuerzo, el talento y el oficio. Si yo le digo best-seller, ¿qué dice usted? Lo que el diccionario: el que vende mejor. ¿Qué es más admirable de redactar con brillantez: un eslogan publicitario, una carta de amor o la letra de una canción? Escribir bien se aplica a cualquier campo y en cada género es diferente. Lo que admiro es el oficio, el talento y el ingenio en aplicarlos, sea donde sea. Las mujeres leen tres veces más que los varones. ¿Cuestión de sexo o de seso? De seso, obviamente. Existe la tortilla, la pareja, la tormenta perfecta… ¿Y la novela perfecta? La perfección es una abstracción y un juicio de valor subjetivo. ¿Quién es el mejor amigo y el peor enemigo de un escritor? El mejor amigo es el trabajo, y el peor la vanidad y, sobre todo, la envidia. ¿Qué es más complicado: escribir como los ángeles o leer como Dios? Son cosas muy diferentes. A mi me resulta más complicado escribir que leer. ¿Cuál es el libro de cabecera que más pesadillas ha provocado a la humanidad? Lo que provoca pesadillas es la ausencia de libros, la ignorancia y la desinformación. ¿Para quién sigue escribiendo Carlos Ruíz Zafón? Para mi mismo y para los lectores que aprecian mi trabajo. ¿Cómo se llama el máximo responsable de reblandecer y llenar de basura el cerebro de los habitantes del siglo XXI? Sin duda, el ser humano. Dejemos de buscar culpables para lo que hacemos nosotros mismos. ¿Qué molesta más a un catalán: que le llamen español o “polaco”? Supongo que todo dependerá del catalán y del grado en que le importe como le llaman aquellos que no tienen nada peor que hacer que llamar algo, cualquier cosa, a los demás. Los jóvenes de su generación lanzaban cócteles molotov contra el poder. Los de ahora se los beben a morro... ¿Sospecha usted que estarán queriéndonos transmitir algo? No lo se, tal vez que han comprendido que el mundo no se cambia ni se mejora a bombazos, y que ven su futuro mejor con una copa de más. ¿Qué es lo que todavía desconoce la inmensa mayoría de los españoles sobre los Estados Unidos de Norte América? Todos los países desconocemos casi todo de los demás. Por eso nos permitimos opinar tanto. ¿Qué lección inolvidable aprendió en el colegio de los jesuitas donde estudió? Que el mejor modo de aprender algo es por uno mismo. Una vez pregunté a Miquel Barceló qué le impulsó a largarse a pintar fuera de este país. “Me fui de España por aburrimiento”, respondió. Ahora, le repito la pregunta a usted. ¿Por qué se mudó a escribir a Los Ángeles hace la tira de años? Por circunstancias de la vida, porque quería ver mundo y aprender algo, y porque al fin la vida es breve y hay que atreverse a la aventura. ¿Cómo se llama esa buena costumbre que estamos perdiendo a cien por hora los españoles en particular, y los habitantes de este planeta en general? Ejercitar la tolerancia, la moderación y el sentido común, incluso cuando las circunstancias invitan a no hacerlo. Cuando a uno le roban la cartera, va a la comisaría a denunciarlo. Y cuando a uno le birlan la dignidad, ¿sabe usted a dónde demonios hay que ir a reclamar? A uno mismo, porque la dignidad es algo que nos corresponde a todos mantener y preservar. ¿Qué o quién nos impide –a todos y a todas– ser mejores personas? Nosotros mismos. En nuestra mano está determinar quienes y qué somos. No caigamos en la tentación de buscarnos culpables fuera. ¿Quién sospecha que desaparecerá antes de este mundo: las cucarachas, los libros impresos en tinta y papel, o la estupidez generalizada? La estupidez será sin duda la última en desaparecer; las cucarachas, seguramente las penúltimas; y los libros desaparecerán tan pronto como las dos anteriores asuman el mando definitivo.

Dedicatoria para una nueva novela

“Ha llegado el momento. Quince años después de que el pequeño Daniel visitara por primera vez el Cementerio de los Libros Olvidados, la saga de los Sempere y de otros tantos personajes que hemos compartido llega a su gran final. Es hora de adentrarse por fin en los secretos del laberinto y llegar al corazón de la historia. Quiero agradeceros que hayamos compartido camino a lo largo de tantos años y libros. Esta historia es ya tan mía como vuestra. En nombre de Daniel, Bea, Fermín, Isabella, Carax y todos los integrantes del universo del Cementerio de los Libros Olvidados, gracias. Se levanta ahora el telón de la más grande, intensa, compleja y apasionante de todas sus aventuras. Nos vemos en los libros". C.R.Z.

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