Rafa Nadal, el juego sigue

Rafa Nadal, el juego sigue

No ha ido el año como esperaba. Una lesión de muñeca truncó una temporada con la que esperaba superar un mal 2015. Pero, a pesar de sus 30 años, de figurar ahora en el número nueve del ránking mundial, es difícil imaginar a Rafa Nadal al margen de las grandes citas del tenis. El hombre […]

No ha ido el año como esperaba. Una lesión de muñeca truncó una temporada con la que esperaba superar un mal 2015. Pero, a pesar de sus 30 años, de figurar ahora en el número nueve del ránking mundial, es difícil imaginar a Rafa Nadal al margen de las grandes citas del tenis. El hombre de los récords, el campeón que nunca se rinde piensa ya en su futuro fuera de la competición, pero nada hace pensar que esté próximo. Hablamos con él a propósito de la presentación, en Madrid, de la tercera colección de sastrería de la firma Tommy Hilfiger inspirada en el estilo del tenis.

Que no salieran los planes como esperaba, ¿puede provocarle ahora esa ansiedad que, en algún momento, le ha perjudicado?

No, no. Llevo mucho tiempo sin tener ningún problema de ansiedad ni ninguna mala sensación en ese sentido. Eso está superado y estoy preparado para competir como quiero competir.

Roger Federer ha acabado el año fuera del top ten y Nadal en el noveno puesto. ¿Ha acabado la época de los grandes dominios, con dos o tres nombres copando todos los triunfos?

Este año ha sido de claro dominio de Djokovic y Murray; nunca se sabe… Es evidente que nuestra etapa está en la recta final, que la época de dominio que tuvimos ya no es así, que hay una generación muy buena y que lo lógico es que sea la que a poco tiempo vista esté ganando torneos.

¿Nadal hubiera sido lo mismo sin Federer, y Federer sin Nadal?

Bueno, desde el punto de vista deportivo, tanto uno como otro hubiéramos ganado más… Creo que la rivalidad nos ha hecho más grandes a los dos, nos ha dado un aura un poquito distinta y hemos vivido momentos inolvidables juntos en los escenarios más importantes de nuestro deporte. Nuestras carreras han sido un poquito paralelas, y hemos podido trascender un poquito más de lo que es el deporte en sí. Es para estar satisfechos. Además, ha sido una rivalidad sana, de hacer las cosas de manera lógica y coherente y de saber que, al fin y al cabo, esto es un deporte, un juego. Nada más.

Alguna vez ha dicho que su vida real no es solo la de las pistas, el circuito, los viajes…

Mi vida real sí que son las pistas y el circuito. Otra cosa es que tenga mucho más contenido que eso. El deporte no me ha quitado de compartir con la familia los momentos que he compartido o con los amigos las cosas que hacen los jóvenes… Quizás menos que los demás, pero siempre he pensado que todo en su justa medida se puede hacer aunque seas un deportista profesional. Esa es mi vida real, la familia, los amigos, Mallorca, Manacor, Puerto Cristo… Es donde estoy, donde creo que voy a estar la mayor parte de mi tiempo y ahí tengo lo que yo llamo mi vida, que es todas las personas a las que quiero.

Para muchos es usted un ejemplo de cómo sobrellevar el éxito con la cabeza en su sitio. ¿Ha visto a muchos perderla a su alrededor?

Como en todos los ámbitos de la vida, no solo en el deporte. Hay mucha gente que no sabe gestionar bien ni el éxito ni el fracaso, y hay gente que ni tiene éxito ni tiene fracaso que tampoco gestiona bien su vida. Es verdad que en el mundo del deporte,de los cantantes o actores, donde puede llegar el éxito de sopetón, si no tienes gente al lado capaz de decirte lo que haces bien o lo que haces mal, tienes un problema, porque normalmente pierdes la perspectiva de lo que es la realidad. Y en eso uno tiene que ser inteligente para tener personas al lado que sean honestas contigo y te digan no solo lo que quieres escuchar.

La vida de una estrella del deporte está muy unida a los patrocinios y a la publicidad. ¿Ha llegado a disfrutar esa faceta?

Es parte de mi vida también, y sin ellos todo sería más complicado. Como yo lo que hago nunca lo he considerado trabajo, jugar al tenis nunca ha sido un trabajo para mí…, igual con estas cosas, no las considero trabajo, sino una parte de mi vida que también me permite conocer y aprender de otros mundos y otras facetas de la vida.

¿Por qué Tommy Hilfiger?

Me presentaron a Tommy hace muchos años, tuvimos un buen feeling desde el comienzo y hemos mantenido la relación. Y hace más o menos dos años se me propuso ser embajador de la marca; me hizo ilusión en su día y me hace ilusión ahora, y solo puedo dar las gracias a Tommy por todo lo que me ha dado, la marca y las personas que han trabajado conmigo. Siempre digo lo mismo: las relaciones profesionales al final son relaciones personales: si lo personal no funciona, es difícil que lo profesional funcione.

Gentleman

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