Bodegas Emilio Moro expande su legado en El Bierzo con nuevas joyas vinícolas

Hay lugares que parecen destinados a convertirse en hogar de grandes vinos. El Bierzo es uno de ellos y su encuentro con Bodegas Emilio Moro ha marcado un antes y un después en su historia. Allí, en una zona privilegiada, crecen dos variedades únicas, la godello y la mencía, que ahora encuentran en esta bodega un nuevo camino para expresar todo su carácter.
Tres vinos reflejan la esencia de la godello: Polvorete, desenfadado y vibrante; El Zarzal, equilibrado y complejo; y La Revelía, sofisticado y con una estructura que desafía el tiempo. Son el resultado de un trabajo minucioso, donde la pasión por el vino y el espíritu inconformista de esta familia se unen para extraer lo mejor de cada cepa.

Más allá del viñedo, Bodegas Emilio Moro ha encontrado inspiración en la historia ancestral de la región, de forma que las pinturas rupestres encontradas en la cercana Cueva del Moro inspiran la identidad visual de sus vinos blancos, recordando que la tierra, el tiempo y la cultura están entrelazados de un modo que trasciende generaciones.

Ahora, la bodega da un paso más en su historia en El Bierzo con el lanzamiento de Bestizo, su primer mencía, con el que Bodegas Emilio Moro reafirma su compromiso con la región y su vocación por expresar al máximo el carácter de sus variedades autóctonas.

La llegada de Bodegas Emilio Moro desde Ribera del Duero a El Bierzo es fruto de una filosofía en la que la pasión y el respeto por el terroir son valores clave. Su presencia en esta tierra no es una casualidad, sino la consecuencia de un espíritu inquieto, que sigue explorando nuevos caminos sin perder de vista sus raíces. Aquí, entre montañas y viñedos, la godello y la mencía encuentran una voz poderosa, capaz de emocionar a quienes se detienen a escucharlas en cada copa.