Pago del Cielo 2019, el vino icono de este proyecto de Familia Torres.

Pago del Cielo: la joya vinícola de Familia Torres en Castilla y León

El proyecto de Familia Torres en Castilla y León se llama Pago del Cielo. Con viñedos propios en Ribera del Duero y Rueda, sus vinos reflejan el lugar privilegiado de donde provienen. Pago del Cielo 2019, un tinto fino elegante y sofisticado, es su etiqueta icono.

Pago del Cielo es el nombre del proyecto vinícola de la Familia Torres en dos territorios privilegiados para el cultivo de la vid: Ribera del Duero y Rueda. De hecho, la intensidad con que se muestran las estrellas en las noches de vendimia en esta zona inspiró su nombre. El proyecto comenzó a gestarse en 2004 con la compra de una pequeña bodega en Fompedraza, situada en la comarca de Campo de Peñafiel (Valladolid), a 895 metros sobre el nivel del mar, en las cotas más altas de la DO Ribera del Duero, donde las viñas y el cielo estrellado entablan una mágica conexión. A ese proyecto se unió la bodega que Familia Torres tiene desde 2014 en Villafranca del Duero (también en Valladolid), con vistas al río Duero y al paisaje de suaves laderas y bellos meandros que dibuja.

El viñedo El Obispo, en Piñel, en la zona de Pesquera.
El viñedo El Obispo, en Piñel, en la zona de Pesquera.

En enólogo salmantino Juan Ramón García, con experiencia en bodegas de Burdeos y Toro, se incorporó en 2005 a Familia Torres y desde entonces es el alma de Pago del Cielo, donde tradición, compromiso con la calidad y pasión por la viticultura conviven con un sincero respeto por la tierra que se traduce en técnicas respetuosas con el medio ambiente, prácticas regenerativas y estrategias de reducción de las emisiones de CO2 y del consumo energético y de agua.

El proyecto Pago del Cielo elabora actualmente seis referencias: los vinos de tinto fino (tempranillo) Pago del Cielo, Celeste Reserva, Celeste Crianza, Celeste Roble y 62 Millas al Cielo (todos ellos amparados en la DO Ribera del Duero) y el blanco Celeste Verdejo (DO Rueda). Sus uvas proceden de viñedos en propiedad en Ribera del Duero, 45 hectáreas en las que el tempranillo convive, en menor medida, con garnacha y albillo real, y Rueda, 20 hectáreas de verdejo.

Imagen exterior de la bodega Pago del Cielo.
Imagen exterior de la bodega Pago del Cielo.

El último lanzamiento es ya el vino icono de la bodega. Se llama Pago del Cielo 2019 y es un monovarietal elegante elaborado con tinto fino (tempranillo), de producción limitada –unas 3.600 botellas– que nace de dos viñedos únicos: El Obispo y Las Tenadas, los más emblemáticos de la bodega, situados a una altura media de 840 metros en las mejores zonas de Ribera del Duero. Para potenciar la expresión del vino, se utilizan tinajas de 1.600 litros, construidas con la tierra de cada viñedo, para su vinificación y crianza. Posteriormente, una parte del vino envejece en barricas de roble francés de 300 litros.

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