
Casa Decor: inspiración, innovación y calidad bajo la dirección de Alicia García Cabrera
Casa Decor celebra una nueva edición con el mismo espíritu diferenciador que la vio nacer, convertida en una incubadora de ideas y propuestas alrededor del universo del diseño.
Si en 1992, año del primer Casa Decor, hubiera existido el término startup en los negocios, el mercado lo hubiera definido como tal, aunque no es menos cierto que aquella primera edición había nacido con un carácter benefactor. Como bien dice Alicia García Cabrera, directora general de Casa Decor, “un grupo de decoradores de esa época, profesionales de sectores dispares (historiadores del arte, anticuarios…), se unieron en un edificio de General Oráa (en Madrid) para luchar contra el sida. Ese fue el origen de algo que hoy es divulgación y que habla de profesionalización del sector. Aunque no tiene nada que ver, sí mantiene el espíritu y la pasión de aquel momento. Pero también es verdad –añade– que ahora el sector hábitat impacta de una manera muy importante en el PIB de España. Casa Decor se ha convertido en el laboratorio de ideas de las empresas; somos un receptor y una incubadora de ideas en el que cada año la arquitectura del edificio marca unas pautas y donde vas a ver algo único”.
O como define su directora general, “Casa Decor es aspiracional e inspiracional. Es el lujo de lo efímero y es un sueño; lo que todos querríamos. Aquí no se trata de gustos, sino de buenos proyectos. El hilo conductor de Casa Decor es la calidad, la innovación, el diseño y la pasión”. Para a continuación apostillar algo importante del modus operandi de esta muestra del diseño: “Somos curadores de una experiencia, la comisaríamos. Estamos seis meses trabajando en silencio, y otros seis en los que tenemos una exposición pública notoria. Y todo lo que hacemos durante ese periodo de tiempo busca ofrecer una experiencia inmersiva y expansiva”. En crear, en definitiva, los espacios por los que va a transitar cada nueva edición y lo que Casa Decor quiere contar en ellos. “Por eso hacemos una prospección en nuevos materiales, y también que los expositores sean españoles –alrededor del 50%–, porque queremos ofrecer lo que está pasando en nuestro país”.
Eso inevitablemente lleva a hablar de la relación con los diseñadores y Alicia García es clara: “Casa Decor es el paraguas que acoge toda la actividad y sinergias que se establecen entre diseñadores, marcas y público. Nosotros tenemos un legado y unas reglas muy concretas que hay que cumplir para que todo salga bien. Puedes tener mucha experiencia en el sector, pero cuando vienes a Casa Decor es totalmente distinto a lo que conoces. En primer lugar, porque es un proyecto colaborativo; tienes que trabajar con las marcas que hay. Es, además, un espacio efímero, en el que nosotros no rehabilitamos y en el que se ha de tener en cuenta que estás en un recorrido ideado por Casa Decor. No estás solo: son muchos micro proyectos dentro de un gran expositor”.

Pero hay otro detalle importante de esta gestión que realiza Casa Decor de cada uno de los espacios, y es la parte más delicada, la de gestionar la frustración de no poder participar en la muestra, porque “no podemos aceptar todo lo que nos llega por una simple cuestión de espacio y es difícil de gestionar. No tenemos sitio para todo el mundo porque somos una plataforma de lujo, en la que en cada edición son habitualmente medio centenar de espacios y se debe a dos razones principales. La primera es que Casa Decor es un espacio al que se viene a hacer negocios, es sinergia. La segunda es una cuestión de tiempos: debe recorrerse, a ser posible, en una o dos horas máximo y que la información que damos sea útil. Casa Decor se hace desde la excelencia”.
Todo tiene un porqué en Casa Decor, “nada es impostado. Ese es nuestro éxito”. Y una de las cosas que le distingue es la alternancia de diseñadores: “Este año tenemos a algunos que hacía tiempo que no venían, igual que otros repiten y siempre quieren volver a Casa Decor”. Incluso hay quienes estuvieron en los comienzos: “Sí, tenemos por ejemplo a Raúl Martins, que se encarga este año del diseño del restaurante y que empezó ganando un Premio Casa Decor como becario del estudio de Isabel López Quesada”.
El trabajo de todos estos diseñadores y de las marcas no tendría el mismo eco sin la presencia del público, que, como la exhibición, también ha ido evolucionando. “Cuando empezó Casa Decor, la decoración era para unas élites. Hemos sido divulgadores del diseño, que es algo con lo que además convivimos permanentemente, y también hemos educado el gusto. Ahora el público es más profesional porque se ha tornado en una cita para ellos, aunque mantenemos los fines de semana una puerta abierta al público general, que también ha evolucionado y tiene una mayor cultura del diseño”.
Por supuesto, en este tiempo se han sucedido también las anécdotas, “la más llamativa –afirma de forma rotunda Alicia García Cabrera– seguramente fue la pandemia, que cambió la forma de venir a Casa Decor. Pero sí hay otras muchas, como el caso de dos señoras que se metieron en la cama pensando que podían probarla…”. Y cuando se le pregunta cómo consiguen esos edificios que se convertirán en sueños de diseño, se sincera: “Hay un trabajo bidireccional: nosotros buscamos pero también recibimos propuestas, porque a todo el mundo le interesa que Casa Decor pase por su edificio, porque lo ponemos en el mapa y le sacamos brillo… damos ideas e información. Aunque no todos pueden ser su sede, ya sea por su estructura o porque no se puede plantear un recorrido intuitivo y fácil. No hay que olvidar que tenemos que generar buenas experiencias”.