Davidoff, un lujo para disfrutar del tiempo

Davidoff, un lujo para disfrutar del tiempo

El tiempo es, probablemente, uno de los mayores lujos en estos momentos de agendas repletas, horarios incontrolados y cambios vertiginosos. Mientras se escapa entre las manos, quizás haya formas de atrapar pequeños momentos. Y de disfrutarlos. Por ejemplo, fumando un puro. Un discurso parecido a este es el que se esconde tras la forma de […]

El tiempo es, probablemente, uno de los mayores lujos en estos momentos de agendas repletas, horarios incontrolados y cambios vertiginosos. Mientras se escapa entre las manos, quizás haya formas de atrapar pequeños momentos. Y de disfrutarlos. Por ejemplo, fumando un puro. Un discurso parecido a este es el que se esconde tras la forma de entender Davidoff de su CEO, el danés Hans-Kristian Hoejsgaard, cuya experiencia profesional –LVMH/Guerlain, Lancaster Group, Georg Jensen, Timex Group y desde 2011 Oettiger Davidoff– le convierte en un auténtico experto en el lujo. “Fumar un puro es un lujo, porque le tienes que dedicar 45 minutos o una hora, y eso es un lujo en estos momentos. Pero es un lujo que te puedes permitir económicamente, 20, 30, 50 euros”. Además de contra la escasez de tiempo, las firmas de tabaco tienen que luchar contra las legislaciones restrictivas. A base de imaginación la mayoría de las veces. Como la iniciativa Davidoff Art, que apoya a artistas emergentes de diferentes maneras, incluso con una residencia en República Dominicana, donde la firma fabrica todos sus cigarros premium y desde donde se distribuyen a los más diversos rincones del mundo. Esa es otra de las señas de identidad de la firma, que define con el lema crop to shop (de la cosecha a la tienda): “Controlamos todos los escalones del proceso, de forma que si compras en lugares tan diferentes como Hong Kong, Madrid, Nueva York o París siempre sientas que estás ante un producto Davidoff”. Atraer a los jóvenes es uno de los retos a los que se enfrenta el sector. No parece, ni mucho menos, misión imposible, sobre todo en esa franja de edad, quizás entre 28 y 30 años, en que se empieza a apreciar las cosas buenas de la vida, “una buena comida, un buen vino o un buen whisky y, de repente, el cigarro puro forma parte de ese cambio. Es una elección de estilo de vida”. Licenciado en Ciencias Políticas, Hoejsgaard se confiesa admirador de Winston Churchill, con quien le hubiera gustado fumarse un puro. Por cierto, el Davidoff Winston Churchill Toro es su recomendación para una celebración, “agradable y completo”; un Davidoff Short Perfecto, para un momento de relax, y el Davidoff Nicaragua, “muy masculino, fuerte y bueno” podría ser el adecuado para una reunión de negocios.

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