La nueva genialidad de IWC alrededor de Da Vinci

La nueva genialidad de IWC alrededor de Da Vinci

En 1969, IWC creaba una colección –Da Vinci– que rendía su particular homenaje a la figura y personalidad del genio florentino Leonardo Da Vinci; era un reloj de caja cuadrada que iba a convertirse en el epitomé del clasicismo y que en sus sucesivas ‘transformaciones’ ha ido combinando las líneas de forma con la tradicional […]

En 1969, IWC creaba una colección –Da Vinci– que rendía su particular homenaje a la figura y personalidad del genio florentino Leonardo Da Vinci; era un reloj de caja cuadrada que iba a convertirse en el epitomé del clasicismo y que en sus sucesivas ‘transformaciones’ ha ido combinando las líneas de forma con la tradicional caja redonda. De hecho, en el próximo SIHH se decantará de nuevo por esta última estructura; una línea que ensalza la estética de los 80 –en concreto a los relojes creados a partir de 1985– y que supone la cuarta reencarnación de Da Vinci. Para completar el círculo de acabados, IWC también exploró otro de los tradicionales acabados de caja, el tonneau (tonel) en 2007. Pero hay algo más en esta nueva colección que presenta la firma de Schaffhausen, y es la incorporación de modelos femeninos, con dos modelos que sin duda están llamados a ocupar un espacio importante en esa oferta para mujer que comenzó a tener peso y transcendencia con la última actualización de la colección Portofino. En la colección que se presentará en sociedad el próximo mes, la declinación femenina abarca un Da Vinci Automático 36 y el Da Vinci Automático Fase de la Luna 36, aunque para quienes prefieren tamaños más grandes también pueden optar por una pieza de corte unisex y 40 mm de diámetro. Pero si hay que hablar de la versión que acapara todas las miradas, ésta sin duda es el Da Vinci Calendario Perpetuo Cronógrafo que combina por primera vez su conocido cronógrafo flyback automático con una indicación de las fases de la Luna en una esfera interior; la fase de la Luna ocupa un disco en parte plateado o dorado y en otra parte azul oscuro que representa la sombra de la Tierra y la Luna creciente o menguante en función del giro realizado bajo la abertura de la esfera. Para esta particular configuración, los relojeros de IWC han creado el calibre manufactura 89630, que también acciona las demás funciones del calendario perpetuo, con la indicación del año con cuatro cifras. En esta trabajo, los relojeros se han apoyado en los bocetos de antiguos desarrollos del maestro Kurt Klaus, el gran referente de la mecánica IWC. De lo que no hay duda es que Da Vinci ha retornado a la estética de éxito del Calendario Perpetuo de 1985, que en esta versión presenta un bisel de doble marco que también evoca esta época. Las juntas móviles de la correa son de nuevo diseño y se compaginan con unas asas curvadas que permiten un perfecto ajuste independientemente del grosor de la muñeca. Este modelo se presentará en dos diferentes versiones: oro rojo con esfera plateada y otra en acero y esfera de color pizarra. Por lo que respecta al Da Vinci Automático 36, en su interior se encuentra el calibre 35111, 42 horas de autonomía de marcha. El modelo se presenta en cuatro versiones diferentes, todas ellas con correas de piel de gran colorido. Así, se dispone de un modelo en acero y esfera plateada; otro en acero engastado con 54 diamantes y esfera plateada; un tercero en caja de oro rojo con 54 diamantes y esfera plateada; y un último en acero y esfera azul oscuro, a juego con la correa de piel firmada por Santoni. La segunda opción femenina, el Da Vinci Fase de la Luna 36 cuenta con el calibre 35800 que, que también cuenta con una autonomía de marcha de 42 horas. Esta declinado en tres diferentes opciones: caja de acero, en acero y diamantes y en oro rojo. Da Vinci seguramente no lo hubiera imaginado mejor.

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