Moscú, la nueva capital de los millonarios europeos

Moscú, la nueva capital de los millonarios europeos

Un Bentley, varios Mercedes, BMW o Audi, mansión en la carretera de Rubliovo a Uspénskoye, apartamento en edificio elitista en Moscú, avión privado y helicóptero, casa junto al mar y en una capital de Europa, gran yate para los mares extranjeros y pequeño para los lagos en Rusia, reloj suizo, y como toque final, caballos […]

Un Bentley, varios Mercedes, BMW o Audi, mansión en la carretera de Rubliovo a Uspénskoye, apartamento en edificio elitista en Moscú, avión privado y helicóptero, casa junto al mar y en una capital de Europa, gran yate para los mares extranjeros y pequeño para los lagos en Rusia, reloj suizo, y como toque final, caballos de raza: éstos son los típicos bienes de un multimillonario ruso, por el modo de gastar cada vez más comparado con un jeque árabe. ¿Cuándo nacieron los ricos en la ex patria del comunismo? ¿Qué tiendas frecuentan, dónde viven y hacen la compra?

Los ricos nacieron en Rusia prácticamente de la noche a la mañana con los primeros signos de desintegración de la URSS, a fines de la década de los ochenta del siglo pasado. Acostumbrados a vivir en un país en que el consumo y la ostentación eran mal vistos, el capitalismo salvaje llegó para cambiar las costumbres y las morales: los humildes ex soviéticos que se enriquecieron se lanzaron a una frenética carrera en la que lo importante era demostrar que eras tú el que gastaba más.

Esta psicología de los llamados “nuevos rusos” ha sido reflejada en decenas de bromas y anécdotas. He aquí un botón de muestra: Se encuentran dos “nuevos rusos” y uno le hace notar al otro la nueva corbata que lleva. “¿Dónde la compraste? le pregunta. –Aquí, en la tienda de al lado. –¿Y cuánto te costó? –800 dólares. –Hombre, ¡qué tonto eres! ¡Si hubieras ido a la tienda de la esquina la hubieras podido comprar por 1.500!”. Era la época en que los rusos ricos todavía no usaban tarjetas de crédito. Iban con maletas llenas de billetes y se lanzaban de cabeza a comprar cualquiera cosa que fuera cara.

Mucha agua ha corrido desde entonces bajo los puentes del Moscova; los nuevos rusos se han refinado y ahora buscan sólo productos exclusivos, envían a sus hijos a estudiar al extranjero o a colegios privados de la capital rusa, donde los guardaespaldas en mercedes blindados esperan a que el crío salga de clases; en las afueras de Moscú se han construido verdaderos palacetes a lo largo de la elitista carretera de Rubliovo-Uspénskoye, y en la ciudad viven en apartamentos de millones de dólares.En los primeros años de la nueva Rusia independiente los ricos se vestían, descansaban e incluso encargaban productos desde el extranjero. Pero paulatinamente los autos de lujo, las casas de moda mundialmente famosas, las mejores marcas de relojes y los productos gourmet se instalaron en el país, principalmente en Moscú.
Hoy la capital rusa ocupa el tercer lugar, detrás de Pekín y Nueva York, por la cantidad de multimillonarios con más de 1.000 millones de dólares, y los millonarios con menos de esa cantidad superan ya a los 100.000. El número de ricos crece anualmente en Rusia a un ritmo acelerado, y la demanda de productos de lujo lo hace a más del 25% al año.DISTRIBUIDORES DE LUJO

Uno de los lugares moscovitas preferidos por los ricos para hacer sus compras es el callejón Tretiakovski, junto al hotel de cinco estrellas Metropol. Las boutiques en realidad comienzan unos metros antes del arco que marca la entrada al callejón, en la terraza donde se alza la estatua a Iván Fiódorov, el primer impresor ruso (siglo XVI).
El lugar donde antes estaba una de las más famosas librerías de viejo, hoy lo ocupa una tienda de Ermenegildo Zegna, seguida por Bulgari. Allí mismo están las oficinas de Ferrari, Maserati y abajo, en el nivel de la calle, uno de los dos salones que Bentley tiene en la capital rusa. Ya en el mismo callejón, a mano izquierda están Chopard, Tod’s, Graff, Tiffany, Brioni, Frette, Yves Saint Laurent y Roberto Cavalli; a mano derecha, Armani, Prada, Gucci, Baccarat y Dolce Gabanna.
Además del callejón Tretiakovski, las boutiques están concentradas en Moscú en el Pasaje Petrovka, cerca del Teatro Bolshói; en el Gostini Dvor, a unos centenares de metros de la Plaza Roja, y en la avenida Kutuzovski. Los ‘jeques rusos’ y los que aspiran a imitarlos van a comprar también a Crocus City Mall, ubicado en la carretera de circunvalación que marca el límite de Moscú. Y los priviligiados que viven en la carretera Rubliovo-Uspénskoye, si así lo desean, ahora no tienen que ir a la ciudad para hacer sus compras, ya que pueden ir al Barvija Luxury Village, donde, entre otros, Bentley tiene un salón de ventas. Si en el callejón Tretiakovski las boutiques ocupan 12.000 m2, en la Luxury Village ya son 98.000.

Cualquier persona que viaje a Moscú –en apenas unos días, el mundial se postula como la excusa perfecta para hacer una escapada– quedará sorprendida por la cantidad de Mercedes que circulan por las calles. También son numerosos los BMW y Audi de clase premium, pero el combate entre las firmas distribuidoras de autos de lujo se da con otras marcas: Porsche y Bentley, ante todo. El potencial del mercado del lujo en Rusia es todavía enorme, según los expertos, que subrayan el hecho de que aún son muchísimos los ricos rusos que prefieren hacer sus compras en el extranjero, ante todo, en Europa.

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