Pablo del Pozo, presidente y CEO de Nuba.

Nuba, el arte de crear experiencias únicas en el mundo del lujo

Ha hecho de la diferenciación la clave para entender el valor de sus experiencias. Nuba se ha convertido en líder, pero también es consciente de que para seguir creciendo hay que volver a los orígenes.

Hay empresas que tienen muy claro su objetivo desde el origen. Nuba es una de ellas, y se ha convertido en un excelente ejemplo de lo que es el lujo silencioso. Como bien expresa su presidente y CEO, Pablo del Pozo, “es en lo que basamos nuestra oferta y servicios, que además está en nuestro ADN y filosofía. Ese concepto lo acuñamos nosotros y tiene que ver con el talento, el saber hacer, la historia, el legado, la búsqueda de la excelencia, la creatividad y la innovación. Son los factores que hacen que busquemos productos o servicios diferenciales”. Es por eso que la definición de lujo que hace la RAE para Del Pozo “no es lo que significa para nosotros. El precio es el resultado de las cosas bien hechas y es lo que siempre ha guiado a Nuba. Lo que queremos es subir un peldaño más, y lo hacemos para un colectivo que ya tiene de todo, por lo que todavía es más complejo. Lo que tenemos que encontrar son cosas que no se puedan comprar con dinero. Esa es la clave del lujo silencioso, y por eso Nuba no es una agencia de viajes; somos una empresa que crea experiencias únicas. Hablamos de excelencia”.

Nuba, que hace muy poco tiempo presentó en sociedad su rebranding, se ha convertido y es reconocida como líder en este segmento del lujo a nivel mundial, “lo que es todo un orgullo y también nos indica que estamos en el camino acertado. Lo que al final percibe el cliente son emociones y vivir algo único queda grabado en su alma, que no en el cerebro, porque es algo de corazón. Y eso hace que se lo cuenten a otras personas. Esa es la clave que luego hay que convertir en un negocio internacional. Por eso, de vez en cuando volvemos a nuestros orígenes, a buscar nuestra esencia para no dejarnos llevar por otras corrientes más mercantilistas. Eso fue precisamente lo que hicimos en México, un rebranding que no es para cambiar, sino para rejuvenecer la marca, su logo, para encontrar esa esencia… el origen”.

Porque Nuba, como dice su presidente y CEO, “no es una startup, acaba de cumplir 30 años en 2024 y ha conseguido ser una marca reconocible y que genera confianza por su honestidad. Cuando los clientes confían en ti y reconocen que tienen una diferenciación –esta es otra palabra clave en Nuba–, también reconocen tu capacidad para que el precio no sea un factor determinante. Ahora lo que queríamos era rejuvenecer la marca en Europa –más moderna y minimalista– y fortalecer nuestra posicionamiento en el mercado americano, que es el que tiene potencial y crecimiento. Pero no estamos cambiando nada, estamos orgullosos de nuestra marca que es la mejor percibida para estas experiencias únicas”.

Pablo del Pozo, presidente y CEO de Nuba.
Nuba ha atraído al equipo a gente que, aclara Pablo del Pozo, “no es del sector del viaje, proviene de otros sectores del lujo y está emocionada por hacer algo diferente”.

Pablo del Pozo fue cliente antes que dueño de Nuba, por eso habla con propiedad de todo lo que rodea al mercado del turismo: “Se tiende a ofrecer experiencias paquetizadas alrededor de una serie de destinos. Desde Nuba y organizaciones como Círculo Fortuny lo que estamos intentando es cambiar ese concepto e ir a un turismo de calidad, no de cantidad. Nosotros buscamos destinos que no estén en circuitos habituales, que tengan algo que descubrir, y a partir de ahí generar experiencias que tengan raíces con la cultura del lugar. Al mismo tiempo que hacemos eso –añade Del Pozo–, procuramos aportar algo a las comunidades locales, que es parte de nuestra responsabilidad social corporativa, con lo que estás creando un círculo virtuoso y sostenible. Ahí está la clave del éxito”.

Y con este planteamiento es con el que se avanza en un proceso de internacionalización del concepto Nuba, “que hemos empezado por México, que es el mercado natural. Ahora entramos en Colombia, y lo hacemos siempre a través de adquisiciones de marcas bien posicionadas en lujo –compramos el cien por cien de la compañía–, y a partir de ahí desarrollamos nuestro modelo de negocio, que consta de cuatro unidades: emisor para particulares, receptivo, B2B y Nuba Labs, donde estamos haciendo consultoría para determinadas entidades públicas y privadas y donde les explicamos qué tienen que hacer para atraer turismo que genere valor. En España hemos hecho cosas para el Ayuntamiento de Madrid, pero tenemos en mente otros destinos para esa gente que nos visita, turismo de alto impacto que representa solo un 2% en llegadas pero que genera el 26% de los ingresos. Por ejemplo, tenemos esa España vaciada que esconde cosas maravillosas”.

Aunque pueda parecer una contradicción, estas experiencias quieren llegar a muchos, porque como aclara Del Pozo “ya estamos en Estados Unidos, México y Colombia, y queremos estar en Chile, Perú, Panamá, Costa Rica y Paraguay, para tener ese grupito de pocos a los que ofrecer estas experiencias tan aspiracionales y únicas”. Como la base de Nuba está en la diferenciación, la compañía se mueve por dos vías: “Una es la del servicio concierge de primer nivel, donde se cuida cada detalle; la otra es nuestra propuesta del departamento de producto, en una búsqueda constante de nuevos destinos”.

Hay algo que queda claro durante la conversación y es que Nuba, sus 400 empleados, más las tecnologías aplicadas –incluida IA– tienen un objetivo muy claro, y ahí es donde aparecen escenarios nuevos como el marcado por Shapes by Nuba: “Sabemos que hay tres elementos del mundo del lujo que están claramente identificados, que son la gastronomía, el arte y el wellness. En lugar de añadirlos a las propuestas que teníamos, y volviendo a ese origen de Nuba, los hemos convertido en los pilares de toda nuestra propuesta. Y eso es lo que nos hace diferentes; no hay nadie en el mundo que lo haga”.

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