¿Qué hay detrás del éxito de los medallistas de oro?
Nadadores de la talla de Mireia Belmonte, Michael Phelps, Katie Ledecky o Michael Jamieson comparten sentimientos comunes: esfuerzo, trabajo y pasión por la natación. Y un secreto. El de la optimización de sus trajes y complementos de competición. No es de extrañar, que la ropa que utilizan en las competiciones estén diseñadas y elegidas con […]
Nadadores de la talla de Mireia Belmonte, Michael Phelps, Katie Ledecky o Michael Jamieson comparten sentimientos comunes: esfuerzo, trabajo y pasión por la natación. Y un secreto. El de la optimización de sus trajes y complementos de competición. No es de extrañar, que la ropa que utilizan en las competiciones estén diseñadas y elegidas con lupa. La comodidad es parte protagonista a la hora de conseguir resultados óptimos, por ello no se pone en tela de juicio, pero ¿se puede conseguir mejores resultados según la ropa que se utilice? En el caso de la natación sí.
El matrimonio formado por Speedo, fabricante de bañadores y ANSYS, compañía líder mundial en simulación de ingeniería, han llevado dicha optimización través de la tecnología. Según nos informan desde ANSYS a Marabilias: “El trabajo que hemos realizado consiste en predecir el comportamiento del agua alrededor del cuerpo del nadador identificando las áreas en las que el efecto de la resistencia hidrodinámica es mayor. De esta forma, el análisis de ANSYS permite a Speedo guiar, probar y afinar al milímetro el diseño del equipamiento para optimizar su comportamiento, así como mejorar su eficiencia.”
La joya de la corona es el modelo ‘LZR Razer’ que reduce en un 38% la resistencia hidrodinámica respecto a un traje de baño normal de licra utilizado por cualquier otro nadador. En cuanto a lo invertido en el proyecto, según nos aclara Thierry Marchal, director de la industria global de deporte y salud nos asegura que: “Solo adquiriendo una licencia y una versión ordenador decente ya podrías empezar con el proyecto. Además esto alentaría a académicos en comprometerse más en este ámbito. Puedo trabajar con ellos para facilitar el acceso al software”.
La eficacia de las investigaciones y del proyecto final se vio avalada en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín, donde el 89% de los medallistas vestían con el diseño de Speedo. “Detrás de este resultado hay años de investigación en diseño, material y fabricación. En él, están involucradas prestigiosas universidades, empresas e instituciones internacionales, incluida la NASA” añaden desde ANSYS.
Proceso basado en prueba y error
El proceso comienza con un escaneo integral y de alta precisión de los cuerpos de más de 400 nadadores de élite. El objetivo es analizar la resistencia pasiva del cuerpo cuando se mantiene en posición de deslizamiento, con los brazos extendidos bajo el agua, al comienzo de la carrera y en cada vuelta, tal y como se muestra en la foto.
Según ANSYS: “Se trata de una posición clave en competición, ya que pueden llegar a ser más de 15 metros en los que la resistencia del agua tiene una importancia crítica, por ejemplo, las tres milésimas que dieron a Mireia Belmonte su última medalla de oro”. Según Marchal, el nadador Michael Phelps fue el deportista clave en el caso de Speedo.
Los investigadores utilizan herramientas para identificar las áreas en las que tanto la piel (o el traje de baño) como la forma del cuerpo o la propia técnica del atleta genera mayor resistencia en el agua. “La meta es lograr que el deslizamiento se produzca de la forma más eficiente. Además, son cruciales otros dos elementos del equipamiento: el gorro y las gafas. Junto con el traje de baño, forman un revolucionario sistema de competición integral capaz de reducir la resistencia pasiva del cuerpo en un 16.6%”, añaden.
Más de 1.200 simulaciones, 90 escaneos 3D de los cuerpos, de pies a cabeza de hombres y mujeres en la postura de deslizamiento, fueron los pasos previos necesarios para dar con un producto final de éxito. Estas simulaciones revelaron la posición correcta de la cabeza o la importancia de un perfecto ajuste del gorro, para evitar perturbaciones al impactar con el agua, el nivel de flexibilidad del material o la forma exacta que debían tener las gafas para alinearse perfectamente con el rostro y conseguir resultados y al mismo tiempo comodidad.
Se trata de un trabajo de campo muy personalizado. Las brazadas o la forma de posición corporal de Mireia Belmonte, por ejemplo, no son igual que la de otros nadadores aunque realicen la misma actividad física. Esto requiere un estudio con una precisión exhaustiva medida al milímetro.
Los resultados de este proyecto se ven reflejados en los podios de las competiciones mundiales desde hace más de una década.