Reto sin límites en el mar
Una vuelta al mundo a vela, desde Alicante (España) hasta Génova (Italia), pasando por Cabo Verde, Sudáfrica, Brasil o Estados Unidos, entre otros países. Más de 31.000 millas náuticas en total y casi seis meses de navegación en siete etapas, alguna de hasta un mes de duración. A solas frente al mar. Es la Ocean […]
Una vuelta al mundo a vela, desde Alicante (España) hasta Génova (Italia), pasando por Cabo Verde, Sudáfrica, Brasil o Estados Unidos, entre otros países. Más de 31.000 millas náuticas en total y casi seis meses de navegación en siete etapas, alguna de hasta un mes de duración. A solas frente al mar. Es la Ocean Race, la prueba por equipos más dura de este deporte, que celebra en estos momentos su edición número 14 desde que, el pasado día 15 en Alicante, diera su pistoletazo de salida.
Desde el punto de vista informativo, no es especialmente relevante cuándo lea estas líneas. Porque el reto es permanente. Si es antes del domingo 12 de febrero, sabrá que para ese día está prevista la llegada de las embarcaciones a Ciudad del Cabo, en el extremo sur del continente africano, donde finaliza la segunda etapa. Si es después de esa fecha, encontrará a los equipos reponiendo fuerzas, acaparando víveres y arreglando desperfectos en la embarcación antes de emprender, el día 26, la tercera etapa, la más larga en los 50 años de historia del desafío, para cruzar el Atlántico durante un mes y casi 13.000 millas náuticas hasta Itajaí, en Brasil.
Newport (Estados Unidos), Aarhus (Dinamarca), Kiel (Alemania), La Haya (País Bajos) y por fin Génova, el 1 de julio, serán las próximas paradas de esta prueba, calificada, entre otras muchas comparaciones legendarias, como el Everest o el Dakar del mar. Es considerado, además, el desafío por equipos más difícil de la vela y uno de los tres grandes eventos de este deporte, junto a los Juegos Olímpicos y la Copa América.
En esta ocasión, dos clases de barcos participan en la regata, ambos capaces de alcanzar altas velocidades y, en las condiciones adecuadas, recorrer 600 millas náuticas o más en 24 horas. La clase IMOCA, de 60 pies, con cinco barcos en competición, completa el circuito entero alrededor del mundo en el Trofeo The Ocean Race. Otras seis embarcaciones de la clase VO65, de 65 pies, se disputan la Copa The Ocean Race VO65 Sprint sumándose a tres de las siete etapas.
Mezcla de aventura humana y competición, la Ocean Race somete a algunos de los mejores navegantes del mundo a condiciones extremas, con días enteros de trabajo y convivencia a bordo, en aguas desconocidas, a veces implacables, para intentar lograr día y noche una mínima ventaja frente a sus rivales que les acerque ganadores a la línea de meta.
La última edición, en 2017-2018, fue la más igualada de la historia, con tres equipos virtualmente empatados tras 126 días de competición en 11 etapas. La ventaja final del ganador fue de solo 16 minutos, con los tres primeros equipos separados por solo cuatro puntos.
Entonces, más de 2,5 millones de personas visitaron los Race Villages dispuestos en los puertos en los que recala la regata. Varios millones más la siguieron a través de plataformas digitales, redes sociales y medios de comunicación. La firma sueca de automóviles VOLVO es una de los principales responsables del éxito de esta aventura: durante varias ediciones dio nombre a la Ocean Race y en esta sigue siendo uno de sus principales patrocinadores como coche oficial de la regata.
No es extraño, por ello, que en los días previos al inicio de la regata en Alicante diera a conocer uno de sus próximos y más importantes lanzamientos: el nuevo EX90, un SUV de siete plazas totalmente eléctrico llamado a convertirse en buque insignia de la firma sueca. “Diseño escandinavo en perfecta armonía con la tecnología más avanzada”, en palabras de Robin Page, responsable de diseño de Volvo. Su presentación oficial será el próximo mes de noviembre, para llegar al mercado español a final de este año.