Malia Obama, la construcción de toda una it girl

¿Y por qué Malia no puede vestir como quiere?

El ejemplo perfecto sucedió a principios de año, cuando se publicó en Instagram una inocente foto en la que aparecía con una camiseta. Pero ¿qué camiseta? La de un grupo de hip hop (Pro Era) liderado por un joven que había sido acusado de asalto recientemente. Malia no fue la que difundió la instantánea, al parecer un amigo común de la hija de Obama y Pro Era había hecho llegar a las redes sociales de la banda esta imagen. No podían soñar con una promoción mejor. Si Malia vende, una Malia rebelde ya es de portada. 

Hace menos de un año, comenzaba -con su aparición en el festival Lollapalooza- a ser vista como un interesante objetivo para la prensa generalista, pero más paras las publicaciones teeneager. Las redes sociales de los jóvenes que allí se encontraban gritaron la presencia de la Primera Hija y su seguridad, algunos aseguraron que dijo que no podía hacerse fotos con la gente, pero al final una foto salió a la luz: una Malia divertida, con vestido floral y trenzas. Ese mismo verano, lleno de experiencias, la joven tuvo la oportunidad de hacer prácticas en Hollywood (se dijo que en la serie Extant de la CBS producida por Spielberg) porque es en el mundo del cine -y las megaproducciones televisivas- donde encuentra motivación para su futuro profesional. 

Los tacones nuevos que llevó para su ‘prom’ (el evento más importante de la vida de una joven americana) o el miedo-respeto de su cita al tener que coger de la mano a la hija del mismísimo presidente fueron tema de conversación de su padre en televisión. Como también lo ha sido el día que aprendió a conducir dentro de la Casa Blanca. Parecer ser el mismo Obama el que otorga un espacio -¿deseado?- a Malia, junto a él y Michelle en el atril de la exposición pública. Y si su baile fue tema de discusión nacional, no iba a ser menos la elección de universidad y sus paseos por las de la Ivy League.

La evolución estilística de Malia nos ha dejado grandes looks.

Es evidente que la evolución estilística de Malia ha sido relevante, la conocemos desde que tenía 10 años y la hemos visto crecer con leotardos blancos, vestidos tornasolados, bailarinas de mil colores y también ir, de forma sutil, mutando su armario con el de su madre. Sobre todo en cuanto a vestidos de línea A (o llamados skaters) y abrigos en invierno. Suele, como Michelle, llevar rebeca, colores estridentes sin miedo, pero no deja de pecar al ir demasiado recatada.

Es evidente que es la joven americana que menos ‘libertad’ tiene para desarrollar un estilo propio, pero aun así hay cierto margen con el que debería trabajar para conseguir ser más natural y coherente con su edad. Es cierto que en los últimos años la hemos visto apostar por botas moteras, acortar faldas y vestidos, enamorarse de los cuellos de bebé, vestir más con pantalón pitillo, mezclar estampados y hasta colocarse una falda tutú a lo Carrie Bradshaw. También patinazos como unas calcetas con bailarinas Mary Jane y falda plisada, o las medias estampadas.

A veces se equivoca, pero otras, acierta como en Acción de gracias de 2014 donde no podía ir más genial con un simple jersey gris, minishorts de cuadros, medias negras y botas de estilo montañero (pese a las críticas que recibió) o con los recientes conjuntos de dos piezas de crop top y falda estampados. Muchas jóvenes ya buscan de qué marcas son las prendas que luce, algunas de firmas low cost como Asos o Topshop, pero también Kate Spade, Alexandra Grecco o J. Crew.

Y para sujetar todo esto, la revista Time situó a Malia, junto a su hermana Sasha, tres años menor, como las adolescentes más influyentes del mundo en 2014. Un año antes Malia también estuvo en el top de esta lista. A su madre, sin embargo, no le parece que esto sea así y no dudó en decirlo de forma tajante en televisión. ¿Celosa?