Cinco tendencias masculinas para el otoño

Cinco tendencias masculinas para el otoño

La moda empieza a vivir en un constante día de la marmota. O al menos, esa es la sensación que transmite al consumidor medio, el que aún sin estar al día de las tendencias es capaz de reconocer cuando alguien le está tomando el pelo. Puede que sea culpa de la crisis económica, de la […]

La moda empieza a vivir en un constante día de la marmota. O al menos, esa es la sensación que transmite al consumidor medio, el que aún sin estar al día de las tendencias es capaz de reconocer cuando alguien le está tomando el pelo. Puede que sea culpa de la crisis económica, de la escasez de dinero que lleva a los ciudadanos a gastar menos dinero en ropa del que venían gastando. Puede que sabiendo a lo que se enfrentan, los grandes directivos piensen “¿Para qué esforzarse?” y decidan continuar con los mismos patrones que tan buenos resultados ofrecieron en el pasado. Pero, ojo, el pasado ahora no son los ochenta, ni los noventa, el pasado es, literalmente, el año pasado. Nadie nos dijo que los ciclos de la moda tuvieran que ser de veinte años; igual pueden ser de veinte meses y todos contentos.

Una simple ojeada a los tradicionales números de septiembre de las revistas (tochos de 500 páginas repletas de publicidad gracias a la cual consiguen mantenerse durante buena parte del año) nos revela que ya no quedan ideas originales, o que si las ha habido, alguien se ha encargado de dejarlas cómodamente instaladas en un cajón. Como la mayoría de los países, las marcas no están para innovar. Todo tiene un regusto a déjà vu, a refrito, a sobras de ayer recalentadas en el microondas. No hay más que ver la propuesta que Slimane hizo para esta temporada a su llegada a Saint Laurent. Una colección basada en la moda que uno puede comprar en cualquier cadena low cost y que estas mismas cadenas se han apresurado a fusilar para su propia colección. Moda fagocitando a la propia moda. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que, por una parte, no hay que tirar nada a la basura, seguramente podremos aprovecharlo dentro de seis meses. Y por otra, que este otoño nos va a resultar muy, muy familiar... ¿Quieren saber qué cosas no puede dejar pasar un hombre para estar a la moda? Tomen nota, solo son cinco detalles clave:

- Los jerséis de punto han venido para quedarse. Si el año pasado ya vimos como las tiendas se colapsaban con prendas de punto, este no va a ser menos. Atrás han quedado los estampados con motivos navideños y los degradados, ahora reinan las franjas de colores o, directamente, el tono uniforme.

- El cuello sigue abotonándose hasta arriba. Pese a que las camisetas con dibujos extragrandes continúan presentes, las camisas recuperan el protagonismo un año más. Los cuadros escoceses se trasladan a los pantalones -es el revival del punk, no hay que olvidarlo-, dejando paso a motivos geométricos pequeños o prints más propios de un sofá de principios de siglo. Eso sí, el cuello se abrocha siempre hasta arriba.

- Los abrigos hasta la rodilla y la bufanda hasta el suelo. Si usted tiene un abrigo del año pasado, no lo descarte, el corte y el tamaño será el mismo que el de este año. Cuellos redondos o con solapa grande -que debe llegar levantada-, botones cruzados y largo hasta la rodilla. Los complementos perfectos serán unos pantalones pitillo y una maxibufanda de lana, a poder ser de dos colores, y que casi roce el suelo.

- Las chaquetas militares siguen presentes. No en la cantidad de otras temporadas, pero tampoco se han retirado. El problema es que han traído consigo la vuelta de los pantalones cargo, esos que tienen bolsillos en las perneras a la altura del muslo. Es una tendencia muy tímida -aunque muy extendida en la calle, sobre todo, en verano-, pero que, sin duda, no debería haber vuelto.

- Los botines. No hace falta decir más. Los botines son la estrella del calzado. No importa si son de piel, de tela, estampados, lisos o con suela de goma, todo zapato que se precie llega hasta el tobillo. Y no, el pantalón no debe ir por dentro del zapato. Nunca, bajo ningún concepto.

Como ven, las tendencias se repiten a un ritmo vertiginoso. Efectivamente, hemos perdido de vista a las tachuelas, al menos en lo que a moda masculina se refiere, pero no canten victoria, pueden volver en cualquier momento. Y sobre todo, no guarden las camisas de verano con estampados tropicales, las necesitarán dentro de, como mucho, seis meses. Quedan avisados.

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