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Miniguía para elegir polo este verano en función del plan

¿De punto, clásico, con lino o de crochet? Si no sabes por qué clase de polo decantarte para tus looks estivales, presta atención a esta pequeña guía porque puede serte de ayuda.

No estamos descubriendo nada nuevo si te decimos que el polo es probablemente la prenda más socorrida del armario. Más que nada porque es de sobra sabida (y alabada) su capacidad de adaptación a diferentes estilos y, sobre todo, a distintos contextos gracias a que ha sabido encontrar su hueco a medio camino entre lo formal y lo informal.

Sin embargo, no por ser un hecho conocido hay que dejar de mencionarlo. Nunca está de más recordar que es su característico cuello con solapas su seña de identidad principal y que, pese a que tradicionalmente se ha concebido siempre de algodón y adornado con una hilera de tres pequeños botones, en la actualidad hay muchos otros formatos en los que se presenta.

El objetivo de los diferentes tipos de polos que han ido surgiendo en los últimos años es el mismo: servir de alternativa a quienes buscan algo menos serio que una camisa pero no tanto como para recurrir a una camiseta. Claro que aquí también hay categorías entre la que elegir en función del grado de relajación que se le quiera dar al look.

Por si no tienes del todo claro en qué ocasiones es mejor decantarse por un tipo u otro, estas son las versiones que vas a encontrar en las principales tiendas este verano y el modo de uso que se recomienda para cada una de ellas para que sea todo un éxito.

Polo de crochet

Polo de crochet, de PuroEGO.

El polo de crochet ha sido el gran descubrimiento de este verano y, pese a que todavía hay quien no se atreve con él, hay suficientes modelos como para adaptarse a los distintos gustos. Las versiones más virales juegan con colores y dibujos con esencia hippy, pero también hay otras notablemente más discretas que se presentan en tonos neutros para que sean fácilmente combinables.

En todos los casos deben reservarse para ambientes distendidos si no se quiere pecar de excesivamente informal.

Polo de lino

Polo de lino, de Scotta. Precio: 55,93 euros.

El lino es el tejido por excelencia del verano debido a la frescura que aporta, de ahí que aparezca en camisas, pantalones, trajes y, sí, también en polos. En estos últimos casos lo hace en diseños generalmente amplios y ligeros porque son en los que mejor se aprecia esta fibra natural, lo que significa que tampoco son muy recomendados para el ambiente laboral o cualquier otra cita que requiera de un estilismo serio.

Polo de punto

Polo de punto, de Fred Perry.

En esta misma línea funcionan los polos de punto aunque aquí sí que se pueden trasladar a un contexto más formal si se combina de la manera acertada. Por ejemplo, para lucirlos en un look de oficina bastará con escoger un diseño liso en un tono neutro y combinarlo con un pantalón de pinzas o un chino. Incluso, si te animas, puede ser compañero de un traje liviano para acudir a algún evento durante la temporada estival.

Polo clásico

Polo clásico de Tommy Hilfiger.

Para el final hemos dejado el tipo de polo más reconocible, el de algodón de corte tradicional. Es el clásico por excelencia, pero eso no significa que deba lucirse únicamente en clave pija y seria sino que se puede moldear a otros estilos con prendas o complementos que acompañen. Con unos pantalones anchos y una camiseta debajo, por ejemplo, cambiará totalmente el concepto.

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