Ulysse Nardin Marine Diver Hispania, un marinero con espíritu español

Ulysse Nardin Marine Diver Hispania, un marinero con espíritu español

Si algo define a una marca, es su personalidad. Y en el caso de Ulysse Nardin tiene tanta como facilidad para convertir cada trabajo en una manifestación inconfundible de su savoir-faire y avances relojeros. Nada, o casi nada, parece resistírsele y en su imaginario hay un repertorio tan sorprendente como intenso, donde queda patente su […]

Si algo define a una marca, es su personalidad. Y en el caso de Ulysse Nardin tiene tanta como facilidad para convertir cada trabajo en una manifestación inconfundible de su savoir-faire y avances relojeros. Nada, o casi nada, parece resistírsele y en su imaginario hay un repertorio tan sorprendente como intenso, donde queda patente su dominio de la técnica. Uno de estos territorios expresivos más conocidos es el que representa el Marine Diver, que en esta ocasión se convierte en un producto homenaje a lo español, y que añade a su nombre la palabra Hispania para conformar una edición limitada y exclusiva para nuestro país de 50 unidades. La imagen que distingue a esta pieza es la Cruz de San Andrés, o Cruz de Borgoña, símbolo del imperio español de los siglos XVI y XVII. La Cruz, integrada en la esfera del reloj, simboliza los logros españoles concretados en la búsqueda de nuevas tierras, mares y océanos. La Cruz de San Andrés todavía sigue vigente como símbolo, aunque ahora impresa en la cola de las aeronaves de las fuerzas del aire españolas. Volviendo al reloj, éste ha sido equipado con un calibre automático UN-26, que además de la lectura horaria muestra la fecha en una ventanilla a las 6 y la reserva de marcha en un contador a las 12. Todo en el Marine Diver recuerda al mundo marino en el que está inmersa la manufactura de Le Locle, empezando por la legendaria ancla de la marca que domina la esfera a las 2. La esfera de color negro luce el motivo de la Cruz de San Andrés, que también está presente en el fondo de la caja junto a la mención ‘Hispania’, mientras que el moldeado del bisel se viste de olas. Resistente al agua a 300 m, la caja de acero del Marine Diver se completa con un bisel giratorio unidireccional que enmarca la poderosa imagen de una esfera dominada por el negro y los elementos luminiscentes.

El mar como elemento imaginario

En esa relación de la firma de Le Locle con el mar como punto de encuentro e inspiración, este año ha llegado al mercado uno de esas creaciones en las que la innovación, otra de las grandes virtudes de Ulysse Nardin, se traduce en otra edición limitada –en este caso 18 piezas– que responde al nombre de Grand Deck Marine Tourbillon. La propuesta mecánica incluye una indicación retrógrada de minutos –hasta aquí todo normal, pero lo hace a través de una… botavara. Ni más ni menos. Como si estuviéramos en el puente de un velero –de hecho la esfera está hecha en madera– aparece ese elemento tan náutico que se encarga de indicar los minutos. Para conseguirlo, se ha fabricado un nano-cable de un grosor más fino que el de un cabello humano (en concreto 0,0357 mm de diámetro) y el sistema funciona igual que en un velero. Un cable tira de la botavara que recorre un arco graduado; cuando se ha cubierto la hora, vuelve a la posición de inicio gracias al mecanismo retrógrado. Esta acción requiere de 3 o 4 segundos que puede observarse desde el fondo de la caja. Este sistema es sin duda su gran contribución estética y creativa –de hecho, la firma ha solicitado la correspondiente patente–. Si los minutos ofrecen espectáculo no lo es menos la visualización de la hora a través de dos discos concéntricos o el siempre hipnotizante movimiento del tourbillon. Unos y otros forman parte de un calibre manufactura, el UN-630 compuesto por 460 elementos y de carga manual. Por lo que respecta a la caja, es de oro blanco y como en la anterior, su diámetro es de 44 mm.

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